Esta preparación, puede que a algunos, nos lleve a los años de nuestra niñez, por supuesto a los que nacimos en las décadas de los 30 a los 50 del siglo pasado. A mi es una de las preparaciones que me gusta y por lo menos una o dos veces al año la degusto. Los ingredientes no pueden ser más sencillos, sangre de vacuno o cordero, de vacuno en este caso. Se vende ya cocida con el nombre de sangrecilla y la preparación más usual es hacerla con cebolla.
Picamos una cebolla y en una sartén con aceite de oliva virgen extra se pocha hasta que esté totalmente blanda.
Ya la cebolla blanda,
añadimos la sangrecilla cortada en lascas.
Salpimentamos y revolvemos todo el conjunto. La vamos cociendo a fuego suave hasta que
se reduzca sensiblemente el volumen de todo el conjunto.
Como a mi me gusta así, encebollada y nada más, aparté una ración y continué la preparación para la mujer que me acompaña de hace 45 años.
Incorporando un par de huevos batidos
y cuajándolos como si se tratara de hacer un revuelto, que en realidad lo es.
lunes, 21 de julio de 2008
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