Esta preparación es bastante parecida a los tigres ardientes, hago la salvedad de ardientes debido a que se ven muchas preparaciones con este nombre refiriéndose a mejillones rellenos. La diferencia de esta preparacion con los tigres, es que en esta se emplea jengibre rallado y un toque muy ligero de guindilla y los tigres llevan en su composición una buena dosis de guindilla.
Comenzamos pochando media cebolla y cuando esta empieza a tomar color,
le añado tomate cortado en daditos, una buena dosis de jengibre fresco rallado y una guindilla tahilandesa. Todo el conjunto ser va cociendo a fuego suave.
Los mejillones una vez cocidos con un vasito de vino blanco, son desposeídos de una de sus valvas y se reservan. El líquido que han soltado se va añadiendo poco a poco, conforme se va evaporando líquido, a la salsa de tomate y jengibre. Como este líquido aporta algo de sal, al final de la cocción del tomate, probamos y rectificamos de sal si fuera necesario.
Una vez el tomate cocido y sin pasarlo, ni triturarlo, añadimos los mejillones. Un minuto de cocción de todo el conjunto y tenemos unos soberbios mejillones al jengibre.
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