Una ventresca como mejor se oficia es en parrilla y a la brasa. Pero en una casa hay que acomodarse con lo que hay, es decir la haremos al horno.
La ventresca de bonito es muy grasa y agradable al paladar, no hay apenas que sazonarla con un poco de sal y un ligero, pero ligero pintado con AOVE, se puede suprimir este pintado, sobre todo si la oficiamos a la brasa. Si se quiere se le puede poner unas lamitas de ajo, pero yo prefiero hacer un refrito y utilizarlo una vez asada la ventresca, bein rociando toda ella con el sofrito o que cada uno la utilice en la mesa según sus gustos. El refrito de ajo con un poco de pasta picante de chiles se ve en la parte derecha, arriba de la fotografía.
Acomodamos una ventresca o ijada en una tartera
y la otra en una cazuela. Las metemos al horno, a unos 210º C y cuando veamos que
la superficie de la ventresca comienza a tomar color,
las tendremos listas para ser sacadas a la mesa con su salsa de ajada y pasta de chiles, para que cada uno la utilice a su gusto.
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