Hace unos años estas acelga roja, también la hay amarilla (subespecie de Beta Vulgaris) era extraña en los mercados vitorianos, pero se dejaba ver en ocasiones. Algunos pensaban que era simplemente una planta ornamental y la consideraban no apta para su consumo. Esta acelga, por supuesto es totalmente comestible, delicada de sabor y puede embellecer algunas preparaciones por su colorido.
Compré unas acelgas de penca roja, para probar que tal quedan encurtidas, ya que cocidas y en crudo (para ensaladas) ya la conocía.
El encurtido irá en otra entrada con un encurtido de cebolletas de Zalla.
Con las hojas y algunas pencas oficié un hervido, sazonar al gusto, aunque necesita muy poquita sal.
Una vez hervida la acelga, la drené de los líquidos que había segregado y reservé.
Los líquidos segregado son muy agradables como bebida fría. No necesita casi agua para hervir, con la que se adhiere al lavar las hojas suele ser suficiente, por supuesto a fuego suave y revolviendo al principio.
Preparo un refrito de ajo y una vez que lo tengo dorado.
añado la acelga y la salteo brevemente.
La emplato y lista para ser degustada.
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