La pota también llamada calamar gigante y en algunos sitios se le llama, creo yo que equivocadamente, Jibia. Este molusco cefalópodo es menos "fino" que el calamar, claro que también es más barato. Su sabor es algo más contundente que el del calamar o txipirón, se puede preparar de las mismas formas que los clamares y en algunos sitios los emplean en vez de estos y tratan de pasártelos por calamares.
Como estas potas eran de tamaño medio lo que hice fue ablandarlas para que no resultasen correosas. Así que en un sofrito de cebolla con tomate puse los cuerpos, aletas y los tentáculos de una pota. Después de sofreír la cebolla añadí un poco de agua, la justa para poder cocer las potas.
Aquí tenemos las potas limpias, al sofrito de la cebolla fueron así, enteras. El motivo luego quería hacer con el el sofrito y jugos las salsa negra y resulta más fácil para separar las potas que estas vayan enteras.
Con la cebolla, tomate y caldo de cocción, una vez bien pasado y con las tintas bien diluidas y salpimentado al gusto, hice esta salsa, en ella puse las potas ya cortadas en aros y cocí por unos minutos.
Aspecto de las potas ya terminado su periodo de cocción. Se pueden comer tal cual, aunque en esta ocasión las acompañe con un arroz blanco.
El emplatado fue una corona de arroz blanco y en el centro salsa de negra con unos aros de pota.
Con los tentáculos que no utilicé en este plato los oficié como estas rabas que podéis ver a la izquierda.
domingo, 13 de abril de 2008
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