Un plato muy
de chiringuito, de tapeo y porque no, casero también.
Unos calmares fritos, recién hechos en la cocina
de casa son un regalo para los sentidos.
El hacerlos
en casa tienen sus ventajas, bueno y algún inconveniente, como cuando uno
salta y nos pone la "chapa" hecha unos zorros con el aceite. Ahora al
escribir "chapa" muchos tan vez no interpreten correctamente el
termino debido a lo jóvenes que son mucho de ustedes, pero en mis tiempos,
con cocina económica en casa, la chapa era la cubierta de
la cocina económica (hoy la vitro), donde se cocinaban los
diferentes preparados a diferentes temperaturas. Esta chapa era una pieza
que cubría la cocina y constaba de diferentes arandelas para
ajustarlas a los pucheros.
Esto que veis, son huevas de calamar y lechecillas, las huevas a la derecha y el resto el paquete de lechecillas. Nunca me había encontrado con unas bolsas tan hermosas, así que me he dicho, las voy a hervir salándolas ligeramente para apreciar todas sus cualidades organolpeticas y francamente no me defraudo, ni su sabor, ni textura.
2 comentarios:
Apicius, te digo que en Argentina las llamamos rabas y sólo las pasamos por harina¿qué función cumple la harina de garbanzos?
Besossss
Gracias a ambas por la visita y comentario.
Norma2, por aquí también se conocen como rabas. En cuanto a la harina de garbanzos es para darles un toque, algo más crujiente y por supuesto un sabor especial.
Saludos
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