Hoy una preparación bien sencilla, rápida y barata. Ponemos en una olla mejillones limpiados de barbas e incrustaciones, con unas pluma de cebolleta, perejil picado, el jugo de un limón, medio vaso de vino blanco y unas bolas de pimienta negra, los cocemos hasta que se abran, unos minutos. Desechamos los que no se abran que ciertamente suelen ser muy pocos.
Después de cocidos, yo les desposeo de una de sus valvas, aunque no es necesario ya que hay quien emplea las dos valvas de un mejillón hermoso como pinzas para ir degustando el cuerpo de sus compañeros de viaje. Yo una valva la utilizo como cuchara para ir tomando el caldo, que si los cuerpos de los mejillones son buenos, el caldo de cocción es delicioso.
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