Plato que resulta muy agradable a la vista y al paladar.
Empecemos por hacer las gominolas de te.
Para esto prepararemos un té a nuestro gusto y luego disolveremos en 200 cc. de té 1 gramo de agar agar. El agar agar cuesta un poco el disolverlo, al menos el que tengo, lo hago en el liquido hirviendo.
Luego dejar enfriar hasta que se coagule y nos
quede una bonita gelatina. Se puede hacer de colores usando colorantes
alimentarios. Como sabéis la gelatina realizada con agar agar aguanta hasta
aprox. los 80º C. sin licuarse, lo que la hace muy apta para emplearla en
platos calientes. En la fotografía gominolas con dos tipos de té.
Reservar para el emplatado
Crema de
calabaza:
Ayer (Sábado 23/12/06), hice una comida para unos invitados muy queridos por mi
y tuve tal saturación en la cocina que deje de hacer algunas de las fotos para
poder seguir la secuencia de las recetas, pero vosotros que me leéis, sabréis
interpretar los pasos que faltan.
Puse al horno un buen trozo de calabaza, 400 gr. la asé a 170º C. hasta que
estuvo bien blandita.
Le quite la piel y los trozos los puse en la thermomix con mantequilla 60 gr. y
un decilitro de nata, salpimente al gusto, la tuve cociendo hasta que la crema
estuvo bien hecha.
Esto se puede hacer en un cazo sin necesidad de thermomix. Si se ve que el
conjunto esta muy compacto durante la cocción añadirle un poco de agua hasta
dejar la crema al gusto.
Una vez cocinada, pasarla por el chino y reservar para el compás final.
Guirlache
de pipas de calabaza.
Una vez descascarilladas las pipas, las ponemos en un cazo en el que
previamente habremos puesto azúcar a caramelizar, tener cuidado que no se queme
el azúcar ya que luego amargaría el guirlache. Una vez el azúcar caramelizado
añadir las pipas y revolver bien, hacerlo fuera del fuego y darle un templón si
hiciese falta. Extender todo el conjunto sobre un silplat o superficie de
granito o mármol. No lo hagáis sobre encimeras de material sintético ya que
esta mezcla tiene mucha temperatura.
Cubrimos lo anterior con otra lamina de silplat y
pasamos el rodillo para extender lo mas posible el guirlache.
El guirlache una vez extendido y enfriado, listo
para ser cortado en tiritas. Reservar para el emplatado.
Zumo de
la fruta de la pasión:
Sacáis la pulpa de las frutas.
Poner toda la pulpa en un chino o pasador de
alambre y poco a poco vais extrayendo el ambarino líquido.
Las vieiras fueron las desgraciadas de este plato
ya que no les saque ninguna foto durante su preparación.
Las piezas eran congeladas, ya que no es época de encontrarlas frescas y las
que parecen frescas no me ofrecen garantías que no las ha descongelado el
pescatero. Después de bien limpias, es decir dejar solo el músculo y los
corales que pudieran tener, tampoco es época de que vengas henchidas de
corales.
Ya limpias y en el momento de emplatarlas, pasarlas por la sartén, sin apenas
grasa, hasta que las doréis un poco, sin que se quemen que luego toman mal
gusto. Tampoco hay que pasarse de cocción ya que se os puede volver el músculo
algo gomoso, así que fuego fuerte y salteado rápido, justo justo, hasta que en
el corazón del músculo entre el calor. Si las hacéis antes del momento de
emplatarlas veréis que segregan jugos y luego tal vez no pudierais utilizarlos,
es mejor que se queden estos jugos dentro y lo que segreguen lo hagan en el
plato.
El plato lo montaremos de la siguiente manera:
Pondremos un cazo de crema, bien caliente. En el centro una vieira, sobre esta
unos trocitos de guirlache, es decir un par de pipas caramelizadas y apoyando
en el músculo un trozo de guirlache.
En cada costado un gominola, luego bañar la vieira con una cucharilla de zumo
de la fruta de la pasión.
Adornar todo el plato con un hilo de aceite de perejil y un detalle verde que
en este caso han sido unas tiras del verde de la cebolleta, así como unas pipas
sin caramelizar.
domingo, 24 de diciembre de 2006
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