El primer paso es saltear el jamón para que su fragancia pueda ser transferida más fácilmente a la crema bechamel.
Para hacer la bechamel empezaremos poniendo la misma cantidad de aceite de oliva virgen extra y mantequilla, fundida esta y caliente el conjunto,
añadiremos la harina y revolviendo bien
llegaremos a obtener un roux, que puede ser claro o tostado, según hayamos cocinado la harina.
Con el roux listo, yo lo suelo dejar enfriar y cuando esta tibio le añado la leche fría, revuelvo hasta que todo el roux esta bien integrado y disuelto en la leche, salpimentamos al gusto, cuidado con la sal ya que el jamón aporta la suya.
A fuego suave vamos calentando lo anterior, revolviendo con el batidor sin cansarse, para evitar la formación de grumos, alcanzada la temperatura de cocción vamos cociendo la bechamel, cuanto más los hagamos mejor, ya que la bechamel será más fina. En esta fase si fuera necesario le añadiremos más leche hasta dejarla a la consistencia que nos guste, en esta ocasión la he dejado con una consistencia bastante ligera para que una vez fritas las croquetas estas estén semi fluidas, la dificultad que se encuentra cuando se quiere obtener esta textura es el moldeado. Aunque para facilitar esta labor se puede semi congelar la bechamel.
Una vez la bechamel en el punto deseado, añadimos el jamón y unas cuantas vueltas y cocción para integrar bien el jamón en la bechamel y que la transferencia de sabor sea lo más completa posible.
La bechamel con el jamón lista para ser enfriada.
Yo este enfriado lo hago en manguera desechable y una vez fría las modelo como veréis en este enlace
A partir del enlace que os he puesto de unas croquetas que hice anteriormente, de estas solo tengo la fotografía después de empanadas y congeladas.
La docena que utilicé para esta ocasión las saque un par de horas antes de freírlas y las freí al uso en abundante aceite de oliva extra virgen.No hice fotografía de este ultimo paso.
Todo el menú en este enlace.
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