Este plato, al menos con el nombre de pollo salteado a la lyonnaise, se tomo en la última cena del R.M.S. Titanic en el fatídico 14 Abril 1912, claro en aquella época y épocas posteriores el tener pollo en la mesa era un signo de opulencia o de muy saneada economía domestica. Para los jóvenes que leen y para los que el pollo en la mesa es cosa normal y frecuente os diré que hasta el año 1960, (año arriba, año abajo), en los menús de las bodas figuraba el pollo como plato de categoría y en las generalidad de las casas solo se comía pollo en Navidad y fiestas muy especificas.
Esta receta ya la tengo editada en fecha de 8 de mayo 2007, la vida se repite.
Bueno dejemos de divagar y vayamos a la preparación. Podemos emplear un pollo troceado o como en este caso unos muslos.
Empezamos cortando en plumas una cebolla hermosa. Como los pollos que se comercializan son de carne blanda se hacen enseguida, así que la cebolla la pocharemos previamente o la pasaremos un poco por el micro ondas para ablandarla.
Cortaremos unas patatas en gajos hermosos para darles una fritura previa.
Los muslos de pollo, mojados con un poco de buen vinagre y salpimentados, los acomodaremos sobre unos montoncitos de cebolla, para que todo lo que segreguen, sea absorbido por la cebolla. En el horno a 200º C. Hasta que los muslos estén dorados. A última hora le añadiremos las patatas que previamente las hemos frito y los últimos momentos lo pasaran con los muslos en el horno. Si vemos que se va secando demasiado, añadir un par de cucharadas de vino blanco y otro tanto de agua y desglasar el fondo del recipiente. Así tendremos un poco de salsa para salsear el preparado.
Las patatas en el proceso de su fritura.
Aspecto final del preparado y listo para ser emplatado.
domingo, 15 de junio de 2008
Muslos de pollo a la lionesa
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