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Los confits ya vienen cocidos y conservados en su grasa.
Es plato de rápida ejecución y a la vez contundente.
Empezamos sacando los confits de su lata, y los tenemos en lugar templado para que suden la grasa de conservación adherida a los mismos.
Empezamos poniendo una cama de cebolla en una fuente adecuada para acomodar los confits.
La cebolla la cubrimos con patatas cortadas en discos. Parte de la grasa en que venían bañados los confits, ponemos en la fuente, salpimentamos y la metemos al horno 180º C. hasta que se doren.
En esta fase, apartamos la cebolla de las patatas y la ponemos en un lado para su posterior utilización.
Freímos en mantequilla unas cuñas de manzana, para utilizarla como guarnición del plato. Una vez las patatas y cebollas horneadas, quitamos toda la grasa y ponemos los confits en la fuente.
Cuando abráis la lata de los confits observareis la existencia de un poco de gelatina, recogerla y ahora es el momento de utilizarla, distribuirla por encima de los confits y meter todo el conjunto a horno fuerte para tostar ligeramente los confits.
Montareis el plato siguiendo vuestros instintos artísticos, aquí como veis la guarnición esta dividida.
Añadirle juguillo de la última fase del horneado.
La foto la tomé antes de regarlo con un par de cucharadas de gelatina licuada.
sábado, 28 de julio de 2012
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