Siguiendo con la saga de dar ideas para
organizar el menú de los fastos de diciembre, propongo este preparado
Esta ensaladilla no tiene grandes diferencias con las que habitualmente preparamos, eso sí, no tiene patatas y sí lleva piña fresca y se hace sin mucho trabajo en la cocina. Lo exótico es la presentación, ya que la suelo presentar en medias piñas vaciadas.
Así que empezaremos partiendo una piña por la mitad a lo largo, dejar el penacho de hojas verdes, no aportan otra cosa que dar vistosidad al preparado. La parte dura central la sacamos y desechamos. Vaciamos con un vaciador de de cocina o con una cucharilla. La media piña vacía y esperando su relleno. Con la pulpa de la piña y una manzana mediana, todo ello bien troceado, lo más menudo posible, se puede hacer a cuchillo o usando un robot de cocina a velocidades bajas.
A lo anterior y debidamente troceado le añadimos, un par de huevos duros, aceitunas verdes, pepinillos en vinagre, 2 lonchas gorditas de jamón cocido, 1 pechuga de pollo cocida, unas gambas o langostinos cocidos y si les apetece algún vegetal. Mezclar todo bien con una mahonesa o salsa rosa. Salar al gusto y rellenar Se puede servir tal como ha quedado en el paso anterior, adornando la superficie con unas gambas, pepinillo, guindas rojas, granos de granada etc. Como podéis observar queda una ensaladilla sin grasas.
Ahora bien la que presenté ayer a mis comensales la cubrí con una salsa rosa al marisco, es decir que a una mahonesa le añadí un concentrado obtenido de las cabezas de unos langostinos, un poco de salsa de tomate y unas gotas de tabasco. La terminé de adornarla como veis. Tampoco así queda pesada de grasas ya que la salsa que añadí no pasaba de las 3 cucharadas.
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