Para los que no conocéis este bulbo comestible aquí la tenéis tal como se recolecta. Su nombre le viene a que su sabor es una mezcla de nabo y coliflor muy agradable.
Una vez el bulbo desprovisto de sus hojas lo metí en el horno ya que pensaba hornearlo y luego presentarlo con una crema de queso,
pero una vez asado y partido, vi que tenia bastante fibra e iba, tal vez, resultar algo incomodo para comerlo. Lo cuarteé y vuelta al horno para terminar su cocción interior.
Así salieron la segunda vez del horno,
le quite la piel y
pasaron a cocerse un poco más junto a unas patatas que ya tenia cocidas. Le metí el triturador e
hice un puré, que después de pasado por el fino y aligerarlo con un poco de leche se transformó
en esta crema de colinabo que la aliñé con un poco de aceite de oliva en el que había sofrito un ajo picado y por último le puse una yema, que yo la llamo, pasteurizada aunque la norma que sigo es la que se aplica o al menos se aplicaba en el estado de California, para procesar las yemas de las ensaladas Cesar.
2 comentarios:
La verdad es que no lo he comido nunca, aunque sí he visto el colinabo. Esta es una buena idea para probarlo. La próxima vez que lo vea en el mercado, lo compro.
Gracias por la receta.
Un abrazo.
Viena este producto no le defraudaré en la cocina.Procure comprarlos, cuando tenga ocasión, pequeños para que tengan menos hilos fibrosos en su interior.
Gracias por la visita y comentario.
Saludos
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