Este es un plato que por su contundencia no debe prepararse con asiduidad ya que no es aconsejable para aquellos que tenemos que controlar el colesterol, pero de cuando en cuando también hay que darle un placer al cuerpo.
El magret lo compraremos hermoso y que se vea que tiene una buena capa de grasa entre la piel y la carne. Lo limpiaremos bien y quitaremos cualquier vestigio de sangre.
Mezclaremos pimienta recién molida con un poquito de nuez moscada y frotaremos con esta combinación, tanto por la piel como por la carne. Dejando la pieza a temperatura ambiente por una hora para que vaya absorbiendo los aromas de pimienta/nuez moscada.
Al magret
o magrets, depende de cuantas piezas preparemos, les haremos con la punta de un
cuchillo una serie de incisiones por toda la piel y luego cortaremos esta
formando una serie de rombos, esto se hace para que sea mas fácil la salida de
la grasa durante la cocción.
Primeramente
lo pondremos, por la parte de la carne, sobre una sartén, con 4 gotas de
aceite, hasta que esta se tueste un poco y se cierren los poros para evitar la
salida de líquidos de la pieza.
Dándole
la vuelta vamos cociendo la pieza por la parte de la piel, hay que tener un
poco de paciencia y hacerlo a fuego medio/fuerte, de vez en cuando darle la
vuelta y darle una pasadita por la parte de la carne. También y sujetando la
pieza con pinzas de cocina lo pasaremos por los costados.
Cuando la pieza ha soltado toda su grasa, retiramos la pieza del fuego y la
mantenemos al amor de la lumbre. Siempre los magrets hay que dejarlos en reposo
antes de cortarlos para que los jugos atrapados en su interior se distribuyan
bien por toda la pieza.
Con la
mitad de la grasa que nos ha soltado el magret confitamos cebolla cortada en
juliana, cuando ya la tenemos bien confitada y cuando empiece a ponerse
ligeramente rubia, le añadimos un vaso de txakoli, sidra o cava, para los que
no quieran poner alcohol, aunque este se evapora durante la cocción, pueden
utilizar el jugo de manzana natural. Cocemos hasta que casi este evaporado todo
el liquido.
Con la
mitad de la grasa que nos ha soltado el magret confitamos cebolla cortada en
juliana, cuando ya la tenemos bien confitada y cuando empiece a ponerse
ligeramente rubia, le añadimos un vaso de txakoli, sidra o cava, para los que
no quieran poner alcohol, aunque este se evapora durante la cocción, pueden
utilizar el jugo de manzana natural. Cocemos hasta que casi este evaporado todo
el liquido.
Cortamos
unas patatas en discos, con una mandolina salen más uniformes, estas las he
hecho a cuchillo. Con la mitad de la grasa restante las patatas, una vez al
punto, tienen que tomar un poco de color, las salamos con sal fina al gusto.
Cortamos
el magret en escalopas, de manera que estas no tengan nada de grasa ni de piel.
El magret tiene que quedar hecho por los bordes y rojizo por el centro. A quien
no guste las carnes con este punto de cocción pasarlos un poco por la sartén,
vuelta y vuelta, pero el magret pierde más de la mitad de sus cualidades.
Montamos
el plato, como podéis ver en la fotografía y esto ya no se ve, ponéis un poco
de la salsita que habremos obtenido del cocimiento de la cebolla.
martes, 30 de enero de 2007
Magret con cebolla confitada y patatas cocinadas en su grasa
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