Buey de mar relleno a mi manera

Esta preparación, la suelo hacer de vez en cuando. Lo primero que nos tenemos que proveer de un buen, que lo notemos pesado, cuando lo sopesamos con la mano, esto nos indicará que esta lleno.  

Este lo compró la mujer ya cocido, los tenían de oferta a muy buen precio en la tienda que tenemos al cruzar la plaza, la procedencia del crustáceo era Irlanda, gran exportador de estos animales y por cierto de muy buena calidad.

Lo primero que aremos es separar la parte de las patas del caparazón. Quitaremos las branquias, que están en la parte de las patas y tienen el aspecto de unos trozos filamentosos, en la fotografía a la derecha en la parte baja. Junto a la boca tienen una bolsa gelatinosa, que la quito también, del resto no quito nada. La operación de sacar todo del caparazón y patas es un poco lento y monótono. Hay que tener cuidado de que no se nos escape ningún trozo coriáceo, luego en boca nos resultaría un poco molesto.

Ya tenemos por una parte la carne y por la otra los corales. En este caso no hacía falta separarlos ya que todo va a ir junto, pero en algunas preparaciones se ponen los corales separados y mas que nada es para que los vean.

En una sartén, ponemos cebolla y puerro a pochar, nos tiene que quedar hecho el conjunto, pero al dente.

Una vez lo anterior al punto, añadimos salsa de tomate, un vasito de vino blanco, yo le puse txacoli, y perejil picado, cocemos un poco todo, 

añadimos toda la carne del buey de mar, junto con sus corales y revolvemos bien. Hasta que todo esté bien integrado.

Añadimos un huevo duro machacado, salpimentamos al gusto, también le suelo poner unas gotas de tabasco.

Con todo lo anterior relleno el caparazón del buey, encima le pongo una lluvia de pan rallado y unas lascas de mantequilla. Meto a horno fuerte hasta que la superficie

Adquiera este bonito color tostado. Una forma de repartir esta preparación, es rellenar, en vez del caparazón, es hacerlo en unas conchas de vieiras.