No me cabe la buena fe del donante, pero la verdad eran unas habas que ya habían aguantado todos los calores de estos últimos días, así que el grano estaba recubierto con una piel que ya estaba plastificada.
Normalmente a las habas tiernas nunca les quito el pellejo, pero a éstas era imprescindible, la piel puro plástico.
Así que empiezo por blanquear las habas una vez desgranadas por un par de minutos.
Las voy pelando poco a poco, tarea tediosa, pero de otra manera hubiera sido imposible comerlas.
Preparo un sofrito con una cebolleta, 3 lonchas de jamón y 50 gr. de chorizo.
El sofrito se añade a las habas y se le da un pequeño hervor. Por mí no le hubiese dado ninguno, ya que los granos estaban al dente, pero a mi mujer le gustan mas hechas.
Teniendo en cuenta que donde hay patrón no manda marinero, las he cocido con un poco de agua y el sofrito añadido.
Al haberlas cocido ya sin la piel y considerando que mi mujer ha metido la cuchara para darles una vueltita, pues eso, que unas cuantas se han roto en desmerecimiento de la presentación, no en el gusto final.
1 comentarios:
Aunque, como bien dices, no ha quedado un plato espectacular, sí que tienen buena pinta esas habas.
De todas formas, el pelarlas una a una es un trabajo de chinos, no sé como tienes paciencia. Diez minutos más cociendo en olla rápida y estarían blandas, al menos eso hago yo. Nunca las pelo.
Vicente - (Burgos)
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