La ventresca debería de ser cocinada a la brasa de maderas nobles en una parrilla, pero en un piso nos tenemos que conformar en oficiarla al horno.
La ventresca la acomodamos en una rustidera sobre una rejilla.
La salamos al gusto, untamos con AOVE y le extendemos una picada de ajo. La metemos al horno calentado previamente a unos 220º C. En el momento de meterla al horno encendemos el grill del horno a 220º/250º C.
Al cabo de unos 12 minutos tendremos la ventresca con este aspecto. El tiempo es aproximado, pero cuando tiene un bonito tostado es hora de sacarla del horno. Si nos pasásemos de horno, no corre peligro de secarse, como ocurriría con otras partes, la ventresca tiene mucha grasa natural y es muy difícil que nos salga seca.
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