Si la pimienta es la reina de las especias, la albahaca es de las aromáticas, en la cocina mundial.
Los nombres populares en castellanos son varios:
Alhábega, Alfábega, Basílico, Hierba real, Hierba de los reyes, Alfavaca,
Albahaca de limón, Albahaca francesa, Albahaca mondonguera, Albahaca moruna,
Albahaquita
Nombre científico común Ocimum basilicum, de la
familia de las labiadas
La denominación española, a la llamada también hierba del corazón,
es una inversión lingüística del árabe ¨al habaqa¨, que sugiere que llegó por
la ruta del Sur y no con los centuriones romanos.
En la mayoría de las naciones
europeas se le denomina con el término latino basilicum, referido al basilisco,
dragón que exhala fuego; lo cual sugiere que puede haberse usado como un
hechizo contra ese monstruo y para protegerse de las guerras.
Sobre el nombre latino tengo otra fuente, que la considero más fiable que la utilizada por mi, me la envía Miguel A. Roman es su comentario y como conozco a este señor y se lo que sabe, pues eso me parece más fidedigna, "No me convence tu etimología de "basilico". El griego "basilikon" se aplicaba a la dignidad real pues, como apuntas, se consideraba digna de un rey, y de ahí el nombre latino basilicus y no por el bicho mitológico cuya sola visión provocaba la muerte".
La planta, perenne en su patria de origen, suele ser anual en
las regiones no tan calurosas aunque resiste bien el frio y las heladas (pero
no soporta temperaturas inferiores a los 10º C en periodos largos)
Sus tallos son cuadrangulares y alcanza hasta los 50 cm de
altura, ramificándose intensamente, algunas variedades pasan del metro.
Sus blancas flores labiadas, se encuentran en el
extremo de los tallos dispuestas en aparentes verticilos, florece en verano.
Sus hojas opuestas son pecioladas, entre alargadas y
aovadas, y de bordes ligeramente dentados.
De la albahaca existen muchas formas que se
diferencian por su crecimiento, tamaño de las hojas, forma y color.
Como muchos de los productos culinarios, viajó como acompañante de
guerras de colonización. Se dice que fue Alejandro Magno quien la llevó a
Occidente en el año 327 antes de nuestra era, tras cruzar el río Indo y
entablar duras batallas.
Cuenta una leyenda que en la antigua Grecia solo los reyes estaban autorizados
a cosecharla, siempre con una hoz de oro, y en algunas comunidades del Mar
Mediterráneo se consideraba un verdadero pecado malgastar una sola de sus
hojas.
Plinio el Viejo la cita en
sus textos por sus cualidades afrodisiacas.
A partir del siglo XII esta aromática oriunda de la
India, llega a Europa central y en la actualidad es cultivada tanto en
los trópicos como en latitudes templadas.
Durante la Edad Media fue empleada con fines terapéuticos, sobre
todo para aliviar los dolores de cabeza motivados por los nervios y la
ansiedad, la migraña y la gota.
Esta hierba ramificada, sumamente olorosa,
es una de las hierbas aromáticas más apreciadas en la cocina, despide un agradable
olor a limón y, salvo en la punta de las ramas, carece de pelos.
Tiene un
gusto dulce, es fragante y parece que es más fuerte cuando, en verano, el sol
aumenta su intensidad.
Con una
maceta de albahaca en el alféizar de la ventana dispondrá de esta aromática
para muchas ensaladas veraniegas, salsas y guisos, ya que la albahaca marida muy bien con cualquier plato que se le ocurra.
Con cuidados
y el calor adecuado, puede aguantar con hoja en interiores hasta mediados de
invierno. Todo un lujo para quienes prefieren usar hierbas frescas.
Debido a su
aroma cálido y dulce y al color brillante de sus hojas, la albahaca es ideal
para cualquier tipo de composición vegetal en el jardín.
Se
debe recoger tierna y comerla cruda o apenas cocinada, porque pierde mucho
aroma.
Se
puede secar en ramilletes a la sombra, colgados con las hojas hacia abajo.
Luego moler, o pasar por la trituradora y guardar en frascos bien tapados para
el invierno.
Para
secar, se cosecha la albahaca poco antes de florecer, que es cuando tiene mayor
concentración de aceites aromáticos